Cuida tu Imagen y Luego Mantenla
El profesor no debe tener una actitud de choque ni enfrentamiento debido a que todo cambio genera resistencia y lo que das recibirás; la idea no es crear una trinchera entre el aprendiz y el maestro sino un vínculo maravilloso para intercambiar conocimientos.
El profesor tiene que ser como un producto; si la publicidad del producto no es la adecuada el resultado no puede ser la compra del mismo. El profesor debe escoger una faceta con la cual se sienta seguro y así poder estar cómodo para proyectar esa imagen día tras día y no sentir ningún tipo de frustración por aparentar ser quien no se es. Importante es no tener ningún tipo de complejos y, si existiesen, sacar provecho de ellos; tampoco permitir que el alumno los pueda crear, al contrario hay que tomar sus debilidades para fortalecerlas y sus virtudes para realizar cosas extraordinarias.
No olvides Llevar tu Buen Humor y tu Sonrisa
El buen humor debe marcar la pauta en cuanto a enseñanza se refiere, debido a que para que la persona realmente quiera aprender debe sentirse motivada, debe sentir hambre de conocimiento; es decir, que al estar motivados estaremos ansiosos de seguir conociendo más y más. Así, la sonrisa es un arma que garantiza el éxito de muchas guerras debido a que por sí sola combate cualquier tipo de problemas porque aun cuando alguien no conozca las circunstancias que rodean a otra persona, un gesto natural y sincero puede aligerar las cargas del alma.
Preséntate como alguien interesante
Sin ánimos de marcar la pauta entre alumno y profesor, este último debe creerse lo que es, una persona capacitada, estudiada y adecuada para pararse frente a ellos y reproducir conocimientos; además de eso no debe limitarse a presentar su currículum sino también actividades extracurriculares que a la gente le pueda interesar, porque es indispensable que exista un sentimiento de admiración sin necesidad de que sea forzado o se entienda como obligatorio.
Es necesario que sientan que el profesor es el líder, y como buen líder que sabe gerenciar, debe conocer a sus alumnos para tomar lo mejor de ellos y hacer un gran equipo de trabajo.
Vende bien tu asignatura. Apasiónate por ella.
La gente debe ser lo que le apasiona en definitiva porque lo contrario sería una persona infeliz. La materia, asignatura y, en fin, lo que se pretende enseñar, se debe amar. Amar es una de las mayores pasiones del ser humano, amamos desde la matriz, es así como debemos amar lo que vamos a darle a las demás personas, si amo lo que hago debo hacer que los demás lo amen también; se debe convencer de que la mejor opción siempre será escoger lo que tu amas.
Anuncia cosas interesantes y divertidas.
Es necesario innovar, planificar cosas que resulten divertidas o que, siendo divertidas, arrojen los mismos resultados para evitar caer en la monotonía, que resultaría en la catástrofe de perder la emoción del conocimiento y caer en la crisis del aburrimiento. Es importante hacerle entender a quien recibe la información que le va a ser útil en diferentes aspectos de su vida para que así despierte el interés en aprender sobre el tema e inclusive seguir indagando después de que se acabe la clase, porque una vez que comprendemos que algo nos es útil queremos conocerlo a fondo para utilizarlo de la mejor manera.
En líneas generales la primera impresión es muy importante pero nunca se debe dejar de impresionar porque es lo que nos incentiva a ser mejores cada día, a no ser conformes, a intentar y arriesgar, lo que nos motiva a hacer cosas diferentes, si el profesor impresiona todos los días a sus estudiantes, estos lo impresionarán aún más y ese es el pináculo del éxito de todo profesor.
ADRIMAR LACAVA
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